viernes, 6 de junio de 2008

Miflin, vendedor de medias

La ciudad duerme en un corte de luz.
El vaciamiento se está efectuando.
Y entreverado en la confusión,
se ahoga mi grito de desesperación.

Sin ver el futuro,
agoniza la imaginación.
Y naufragando en la oscuridad,
los niños y mi juventud.

Victimas del Vaciamiento. Hermética

Miflin esta esperando encerrado en un vagón. No puede salir por ningún lado. Es difícil salir de los vagones cuando estan llenos de gente. De olor. De piernas. De bolitas y no bolitas.
El aire corre muy lento por la ventilación. Afuera hace frío pero adentro no importa eso. Eso importa cuando se baja. El resto del día importa. El resto del día es para cagarse de frío vendiendo esa porquería de medias. No las compra nadie. A la vista se ve que son medias muy truchas.
El tren explota de gente. Hasta Liniers va hasta las bolas y ahí afloja. Se puede llegar a Once tranquilo. Miflin sabe que todos los días de su vida van a ser iguales. Vendiendo medias, pilas o chupetines. No hay vuelta para enroscarse.
La gente se amontona en la terminal. Para entrar y subir. Se abren las puertas. Ahí van las vacas. Expulsadas al andén. En una carrera interminable corren mientras el altoparlante reza “Estación terminal Once”. Miflin se para antes de salir pero no recuerda donde esta el boleto. Esta en la mochila.
La bolsa de medias truchas es un muerto. Pesa. Casi la lleva a la rastra. Con sus miserables catorce años la lleva a la rastra. Su papá la lleva a la rastra. Su mamá la lleva a la rastra. La puta de su hermana la lleva a la rastra. Sus hermanitos la llevaran a la rastra. La vida llevan a la rastra.
Su abuela los había querido convertir al Evangelismo pero a ninguno de ellos le cabio la mano. Eso de andar dejando guita con lo que hay que romperse el alma para ganarla. Todo bien con el señor pero es así. La guita es para comer. Si sobra, para cualquier otra cosa.
Llega a la puerta de la estación y va preparando todo como si fuera un ritual. Estan los amigos del rubro. Estan las putas bolivianas. Estan todos. Los rastreros y los yutas. Miflin termina de desparramar las medias y ahora hay que esperar. Es duro porque al principio de la mañana no te compra nadie. La franja de ventas ocurre tipo mediodía. A la mañana es un garrón.
Divide las medias en tres partes; deportivas, normales y para guachos.
Siempre tiene que tener ojo con los punguitas. Le chorean a cualquiera. No importa nada. Hoy en día es igual.
La gente a veces espera que cuente algo especial de Miflin, pero no hay nada especial en su vida. Vende medias en la estación de Once. No es Astroboy. No es Mariano Martínez. No es Cortazar. No ganó ninguna medalla en nada. Es Miflin. Vende medias. Tiene catorce años. Viaja todos los días en el Sarmiento. Apretado. No la puso nunca. No se lava los dientes. Calza cuarenta y dos. Pesa sesenta y algo de kilos. Mide uno setenta y largos. Fuma. No terminó la escuela. Escucha Hermética porque su hermano mayor tenía unos cd`s viejos y él se los compró.
Vende medias porque a su papá le pagaran con un millón de medias. La fabrica donde trabajaba quebró. Por eso vende medias. A él no le va tan mal. Esta parado desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la noche.
Hay una vieja que siempre pasa por la mañana y le lleva dos facturas. La vieja lo quiere. Sus amigos del rubro también lo quieren. Él no les da importancia. Tendrá que verlos por el resto de su vida y no los ha elegido.
Cuando junta una buena cantidad de billetes lleva a los más guachos de sus hermanos a la calesita de la plaza en el centro de Moreno. Quiere irse a vivir al campo. Como Larralde. Irse bien a la mierda para no viajar más en tren.
Por eso a la gente no le gusta que le hable de Miflin ¿qué se puede decir de él? Antes era el gato Miflin. Después pasó a Miflin a secas. En el barrio le dicen así de pibe.A la gente no le gusta que le hable de Miflin porque no le gusta. No les gusta que le diga que se caga de hambre todo el día y que con un lápiz negro dibuja en un cuaderno. Dibuja lo que ve. Su casa. Sus perros viejos y flacos. Las calles de tierra. Dibuja bastante pero no sabe si le gusta. Lo hace, como ir a vender medias. Quién sabe, un día tal vez se vaya al campo. Quién sabe.

2 comentarios:

María dijo...

"La gente a veces espera que cuente algo especial de Miflin, pero no hay nada especial en su vida."
..Anoche este renglón se me metió en un sueño. Cosa rara, no??!?!?


Muy lindo el cruce, muy lindo.

Rosas Gamarra dijo...

Lo leí recién, ¿cómo es eso?...

Gracias por la visita!!!